lunes, 12 de marzo de 2012

PENSANDO EN CURRICULUM

La provincia del Chaco en consonancia con las políticas que en materia educativa se vienen desarrollando a nivel país, afronta en el 2012, el desafío de diseñar una nueva curricula en todos sus niveles y modalidades.
El “currículum” como campo, tomó auge y se desarrolló en la década de los 60’ a partir de obras como las de Tyler (1) y Taba (2) , por nombrar algunos(3).
Desde allí la producción sobre temas relacionados con el currículum escolar fue en incremento, aparecieron así, diferentes aspectos del mismo, como ser la idea del “currículum oculto” a partir del trabajo de P. Jackson.
Este texto no pretende hacer un análisis exhaustivo del devenir histórico del campo; en tanto, algunos autores podrían reconocer obras como las de Comenio o la Ratio Studiorum como los primeros trabajos relacionados con el “curriculum”, porque estos y otros trabajos similares, aunque nunca recibieron este nombre, tienen algunas de sus características; sino que simplemente intenta constituirse en un breve relato que nos ayude a pensar sobre el tema y que además denote la gran influencia que al respecto, ha tenido y tiene el pensamiento Norteamericano.
En la Argentina, en torno a la investigación curricular, no existen demasiadas publicaciones especializadas que aborden la temática (Terigi, 1999:22)
En tanto que en relación con el discurso sobre lo curricular, en los últimos años, nuestro país viene trabajando sobre un desarrollo de corte crítico, que es relativamente reciente y luchando por terminar con un modelo técnico, que a pesar de ser duramente criticado, tiene un profundo arraigo en los procesos curriculares concretos. (De Alba 2006:24)
En este sentido es que plantea Terigi (2009:210) “…el currículum real se fue conformando como un híbrido, como un mosaico de las tradiciones pedagógicas que se habían formado los docentes de los resultados de sus selecciones intencionadas (y muchas veces en forma irreflexiva) de las sucesivas propuestas curriculares y de libros de texto, de su mayor o menor apego a formulaciones didácticas con hegemonías transitorias, etc…” (el agregado entre paréntesis y negritas es opinión del autor de este relato)
En la década de los 90’ y con la sanción de la Ley federal (24.195), se elaboraron en la Argentina, los Contenidos Básicos Comunes (CBC), y aunque fueron postulados como “flexibles”, generó que las provincias, que no habían desarrollado sus diseños los hicieran muy semejantes ellos y las que ya los tenían, no los cambiaran, aportando a la fragmentación del sistema.

Según Ferrer (2004:98) al analizar la implementación de los CBC en las aulas “Las críticas se centran fuertemente en la calidad de los documentos curriculares mismos, que no hacen explícito para los docentes el tipo de aprendizajes que se espera de los alumnos.”. Pero además expresa este mismo autor que todo quedó en mano de la interpretación que se le diera a estos documentos y también que la responsabilidad de sus logros y fracasos en cuestión de aprendizajes recayó sobre los docentes.
Luego de la sanción del la Ley de Educación Nación (26.206) en el 2006, se vienen diseñando a nivel país los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios (NAP´s), que a diferencia de los CBC, no resultan en una lista de contenidos, sino que presentan los “Aprendizajes Prioritarios” que se espera logren los alumnos de toda la Argentina. Los mismos fueron, luego acompañados por “cuadernos de aula”, con orientaciones metodológicas, para el uso de los NAP. Además y de un modo más general se cuenta con documentos que expresan las “capacidades” que deben desarrollar los estudiantes, como ser “Las Metas Educativas 2021 Para Los Bicentenarios”.
Cambiar y modificar la cuestión curricular, no viene a ser el resultado de una simple revisión de lo que está hecho, y readecuarlo para el trabajo en el aula. Cambiar, implica reconocer la complejidad del campo curricular así como su carácter político – ideológico y sociocultural.
En materia educativa, abordar el cambio y retomando las ideas de Fullan (2007:129) “… el cambio educativo depende de lo que los docentes hacen y piensan – es tan sencillo y complejo como eso -. Sería tan fácil si pudiéramos legislar cambios en el pensamiento…”, nos hace, en principio, necesario contar con un colectivo docente capaz de reflexionar sobre los procesos propios de su tarea, de romper el aislamiento, productor de proyectos colectivos y cooperativos, partícipe de grupos de trabajo y generador de redes sociales.
Ya desde 1987 autores como Stenhouse (Schwab Joseph, Alicia de Alba y otros), nos ponen el desafío de generar una nueva relación teoría – práctica, que aporten a la construcción del curriculum desde la investigación – acción, es decir, desde la indagación propia de la acción. En este sentido afirma Gimeno Sacristán (1988):

“… la bondad o adecuación de una propuesta curricular se debe establecer no como si tal proyecto (foto fija), fuese algo independiente de las prácticas y transformaciones a que será sometido, analizándolo desde una determinada filosofía o concepción psicopedagógica, sino que su valor hipotético para transformar la realidad, está en ver qué potencialidad tiene para hacer que los profesores enseñen de otra manera…”

Estos espacios de reflexión, no pueden darse ni realizarse en el vacío, sino que deben estar acompañados de materiales teóricos que permitan analizar las prácticas, el manejo de datos cuantitativos y cualitativos, que favorezcan el desarrollo de una mirada extraña sobre aquellos procesos que se han naturalizado, así como también, la sistematización de experiencias que se consideren valiosas.
Trabajar sobre lo curricular desde esta perspectiva crítico – práctica del curriculum, nos posiciona en un nuevo paradigma “emancipatorio” (Habermas), y requiere además el análisis profundo de lo institucional, reconociendo que todo hecho educativo es parte de una realidad histórica y contextuada.
Este es un momento, donde los docentes podremos participar de la construcción de una nueva curricula, que revalorice aquellos aspectos que pensamos convenientes para la mejora educativa, dejando atrás la idea de ser “meros ejecutores de planes establecidos por especialistas” y entre otras, revalorizando la tarea y la autoridad pedagógica.

Ahora para finalizar este relato, lo hago con una frase de Alicia de Alba (2006:55-56):

“La desmitificación del curriculum apuntaría hacia la socialización de los avances en el campo curricular a través de la palabra que es construida para lograr la comunicación y no para obstaculizarla, hacia el avance en una fase crítico - constructiva del discurso sustentada en una consistente y profunda comprensión que posibilite enfrentar las problemáticas del campo en su complejidad, concibiendo al currículum como la expresión concreta y organizada de una propuesta político – educativa conformada a través de la síntesis de concepciones, intereses, valores, programas y acciones propugnados por los diversos sectores sociales interesados en determinar un tipo de educación específica de acuerdo al proyecto político – social que sostiene: espacio de poder que implica lucha y negociación entre sectores y que, en la concreción de la propuesta educativa, se refiere al sentido, significado, propósito, contenidos y tipo de vinculación de ésta con los ámbitos sociocultural y político-económico, así como a su expresión y desarrollo específicos en diversos planos estructural – formal (políticas educativas sobre currículum, disposiciones oficiales, planes, programas de estudio, libros de texto) y procesal práctico (operativización del currículum a partir de las jerarquías de la institución escolar, del desarrollo de propuesta curricular en el salón de clases, de la conformación de significados en la práctica cotidiana, así como en relación a la transmisión, tanto de una ideología dominante como de una resistencia, a través del trabajo curricular extra áulico, como son las tareas escolares, las visitas a los museos, las salidas didácticas, etc.)…”


(1) TYLER, Ralph W. “Principios Básicos del Currículum”. – Su publicación en inglés se realizó en 1950, pero venía desarrollando su trabajo desde 1930.

(2) TABA, Hilda “Desarrollo Curricular. Su trabajo fue publicado en 1962.
(3) Por ejemplo: BOBBIT, Franklin (1918); KINGSLEY, Clarence (1918); GOODLAD; BRUNER, etc.

 
Bibliografía


• DE ALBA, Alicia (2006). “Curriculum: crisis mito y perspectiva”. Miño y Dávila, Bs. As.
• TERIGI, Flavia (1999). “Curriculum. Itinerarios para aprehender un territorio”. Santillana, Bs. As.
• VELEDA, Cecilia y otros (2011). “La construcción de la justicia educativa”. Unicef, Bs.As.
• ZOPPI, Ana María (2008). “El planeamiento de la educación en los procesos del curriculum”. Miño y Dávila, Bs. As.



 Prof. Héctor Espinoza

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